miércoles, 3 de mayo de 2017

Quizás se fue sin más



Desapareció sin más. Sin decir nada. Se fue. Pensó que sus palabras habían sido importantes, pero su marcha dejó un vacío en su alma, y una duda sobre su destino. Nunca supo el porqué, aunque quería poder intuirlo.

La apreciaba, aún así. Sus palabras, sus sonrisas ocultas, su lucha contracorriente, todo, habían merecido la pena. ¿Pero por qué se fue sin decir adiós? Solo lo sabía ella. En algún lugar donde esperaron encontrarse, seguramente estaba la respuesta. Puede que simplemente fuera miedo a lo desconocido, o miedo a sí misma. Miedo a sus propios miedos, a que rechazaran sus males, a no querer traspasar ni un miligramo de su pesada carga, porque la consideraba suya y de nadie más.

Eso la sumía aún más en su descenso a los infiernos, en su círculo vicioso del que no era capaz de salir sola. Vio una mano tendida que trataba de tirar de ella, pero no quiso tomarla. Quizás fue orgullo. Quizás no.

Lo único que dejó fue muchos "quizás". Y, quizás, eso fue lo peor que hizo. Porque todo lo demás jamás se lo iba a reprochar, al contrario. Tenía muchos agradecimientos que darle. Ella le dio, casi sin darse cuenta, el aliento que le hacía falta en el momento preciso. Tampoco creyó que ella pensara que su marcha fuera importante. Y sí lo fue. Aún a día de hoy la recordaba. Ni siquiera se habían visto, pero se habían sentido.

Ahora, lejos, él pensaba a veces en su sonrisa. Ella, quizás...


Álvaro López Martín

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